¿Qué carajos le pasa a mi algoritmo? | Parte 1
Es muy probable que esta entrada nos deje con más preguntas que respuestas. Y eso es justo lo que necesitamos: mejorar nuestras preguntas. Porque este tema va mucho más profundo que estadísticas y números.
marca personal algoritmo de Instagram

Fecha

Tres visualizaciones.

TRES.

No es que me muera por hacer feliz al algoritmo, pero…

¿Tres visualizaciones?

¿Será que Instagram me odia?

Jajaja… mejor me río para no estresarme.

Pienso: ya fue, mañana vuelvo al juego.

Pero no.

En verdad ya no puedo seguir ignorando lo evidente: Mi alcance no cuadra.

Hace un par de meses que no cuadra.

Te hago el cuento corto:

El otro día subí un set de stories que me encantó.

Eran tres fotos de mi ritual de la mañana, lo llamo «despertar».

Salgo a tomar unos minutos de sol para presentarme al nuevo día.

En esas stories compartí un pequeño resumen visual de ese momento, acompañado de una frase que me gusta recordarme: “Me presento a mí misma antes que al mundo”

Una historia sencilla, honesta y cuidada.

Cinco horas más tarde: 3 visualizaciones. 🤡

Mi mente, rápida:

¿Qué estoy haciendo mal?

Lo subí en horario LATAM, sabiendo que aprox 90% de mi comunidad está allá.

Cuidé el ritmo.

No era un contenido improvisado.

Y aun así: 3 visualizaciones.

Y entonces tuve que elegir:

Puedo seguir creando como si nada o puedo abrir una conversación incómoda pero importante.

Una conversación que probablemente toque a más de una persona que está intentando construir una marca con verdad y presencia.

Y así empezó esta conversación:

¿Qué carajos le pasa a mi algoritmo?

Una conversación con muchos ángulos y matices.

Honestamente, no creo que aquí podamos explorarlos todos.

Pero sí puedo comprometerme con algo: traer mi propia experiencia, mi investigación real y lo que estoy observando en el camino.

Así que allá vamos.

Peeero, para empezar, quiero dejar algo claro: nunca he sido una adicta del algoritmo, y tampoco voy a empezar a serlo.

Mi trabajo se enfoca en el branding de raíces.

Me importan las marcas.

Me importa la comunicación con alma.

Y justamente por eso, porque amamos lo que hacemos y queremos crear un impacto real en el mundo, también queremos habitar con conciencia los medios que expanden nuestro trabajo.

Queremos hacerlo con responsabilidad, no solo como creadoras, sino como cuidadoras de los mensajes que sostenemos. ❤️‍🔥🫱🏻‍🫲🏼

Entonces, por ahí vamos a empezar:

Entender cómo funcionan las plataformas es parte del amor a tu marca y negocio.

Veamos algo importante:

No siempre es que estás haciendo algo mal.

A veces simplemente estás fuera del radar.

Y si no entiendes cómo funciona el radar, no importa qué tan buena seas en lo que haces.

Porque hay algo que a veces olvidamos, y vale la pena traer de nuevo a la mesa:

Las redes sociales son un regalo, sí. Pero también son un negocio.

Las redes sociales son uno de los medios más poderosos de los últimos tiempos.

Nos permiten construir presencia, compartir nuestras ideas, expandir nuestros servicios y llegar a personas que, de otra forma, nunca nos encontrarían.

Esto es simplemente revolucionario.

Nunca fue tan accesible mostrar tu trabajo al mundo.

Nunca fue tan posible construir comunidad desde tu voz.

PERO: las redes también son plataformas comerciales.
Instagram no es tu amiga. Es una empresa.

Y si estás aquí con tu marca personal queriendo crear impacto real, necesitas entender cómo funciona la herramienta que estás usando.

No para obsesionarte.

Sino para habitarla con intención y responsabilidad.

No soy una experta en algoritmos.

Pero sí estoy comprometida con observar, experimentar y compartir lo que voy aprendiendo.

Y hay algo básico que quiero que sepamos:

Instagram no le muestra tu contenido a todas las personas que te siguen.

Así de simple. Y así de importante.

Los porcentajes cambian según el tipo de contenido, la interacción que genera y el comportamiento de tu audiencia. Pero, en promedio:

  • Stories: Instagram muestra tus historias a entre el 5% y el 10% de tus seguidores.

  • Posts (feed): Alcanzan entre el 5% y el 15% de tu audiencia (con variaciones enormes si tienes interacción temprana o si el post se guarda o comparte).

  • Reels: Pueden tener mayor alcance porque IG los impulsa, pero no siempre ese alcance es relevante (puedes tener más vistas y cero conexión real).

💡 Y esto sin hablar de los factores como zona horaria, frecuencia de publicación, silencios prolongados o baja interacción previa que afectan tu visibilidad.

Entonces, si traemos esta información a mi comunidad, donde somos poco más de 600 personas, Instagram debería estar mostrando mis stories a entre 30 y 60 personas, y mis posts a entre 30 y 90 personas.

¿Y cuántas personas vieron mis stories ese día?

Tres.

Cero que ver.

Y de nada sirve llorar, ni culpar al algoritmo, ni seguir como si nada.

Entonces, ¿Qué hice para darle un giro a este triste escenario? 🤡

Nada mágico. Ni técnico. Ni perfecto.

Solo volver a lo esencial.

A lo que sostengo en todo lo que creo:

Conectar con personas reales, desde un lugar real.

Hice dos cosas (por el momento).

Y con ello logré darle una sacudita a mi algoritmo.

marca personal algoritmo análisis

La primera: abrí la conversación.

Hablé del tema en voz alta.

No como queja, sino como reflexión compartida.

Me mostré en ese punto incómodo donde te preguntas: ¿qué carajos le pasa a mi algoritmo?

Fue incomodo pero estamos aquí para este tipo de conversaciones.

Porque sé que quizá no soy la única que lo siente.

Y abrir esa conversación me hizo sentir más coherente.

Más presente.

La segunda: volví a las raíces.

La comunidad.

Me tomé el tiempo de saludar, de responder stories con toda la presencia y curiosidad, y deje comentarios genuinos.

Sin esperar nada a cambio.

Solo por el gusto de volver a mirar de verdad.

También compartí el podcast de una insta-amiga porque me inspiró profundamente: por su valentía de grabarlo en video, y por hablar de las bienvenidas desde un ángulo activo, y no solo receptivo.

Lo compartí porque me movió.

No por conveniencia.

Y hay algo más que noté en ese proceso.

Algo importante.

Presta atención:

Como muchas usamos nuestras cuentas intencionalmente para nuestro trabajo, llegamos a Instagram con el chip de “aquí vengo a ejecutar”.

Y eso está bien.

Es sano distinguir entre el lugar de creadora y el de consumidora.

Pero a veces, sin darnos cuenta, eso nos desconecta.

Nos volvemos cuentas que solo publican, pero no conversan.

Que muestran, pero no miran.

Que entregan, pero no reciben.

Y no lo hacemos por ego, ni por frialdad.

Lo hacemos porque estamos trabajando.

Pero con el tiempo, ese pequeño desajuste se nota.

Se siente.

Y mi teoría es que el algoritmo también lo percibe.

No es que nos castigue.

Sino que lee las señales.

Y una cuenta que no interactúa empieza a perder relevancia en ese gran tejido invisible que son las redes sociales.

Volver a la comunidad fue mi forma de decirle a Instagram (y a mí misma):

Estoy aquí.

No solo para mostrar.

También para compartir.

También para mirar.

Y eso también es estrategia.

De la más poderosa.

Entonces, que tal si exploramos, ¿Qué es realmente comunidad?

A veces usamos esa palabra tan seguido, que se nos olvida lo que significa de verdad.

Y no, no es solo un grupo de personas que te siguen.

Ni tampoco un público que te aplaude.

Una comunidad es un espacio donde hay intercambio, presencia mutua y un sentido compartido.

Y si vamos a la raíz, la palabra comunidad viene del latín communitas:

  • com- = “en común”

  • munus = “obligación, don, servicio”

Es decir: una comunidad no es solo lo que compartimos,
es el don que cada una aporta para sostener lo que nos une.

No es algo que te pertenece.

Es algo que construyen entre todos los que lo habitan.

Y sí, eso también es estrategia.

Pero de la buena.

La que no solo busca visibilidad, sino sentido.

Si tú también estás necesitando volver a ese sentido, aquí te dejo algunos recordatorios que me ayudaron:

🔥 Una historia honesta puede hacer más por tu visibilidad que mil publicaciones forzadas.

🔥 Entender cómo funciona la plataforma es parte del respeto que le tienes a tu trabajo.

🔥 No es tu culpa, pero sí es tu responsabilidad.

🔥 El algoritmo no te odia, simplemente no puede leerte si tú no estás ahí de verdad.

🔥 Tu comunidad también necesita sentirse mirada, no solo informada.

Y por último una pregunta que me queda dando vueltas:

¿Cuál es el don que estás trayendo a tu comunidad?, Y, ¿Qué espacio estás dejando para recibir el de otros?

Tengo más movimientos en mente

Más preguntas y acciones para explorar, que ya iré desarrollando para venir a contarte.

Esta es la parte uno, no sé cuantas partes serán, pero lo que sí sé es que no se trata de encontrar “la respuesta correcta”, sino de movimiento intencional, honesto y responsable con nuestra marca y su comunicación.

Gracias por estar aquí.

Liz.

Si esta entrada te dejó pensando o sacudió cosas por dentro, me encantará seguir la conversación. Cuéntamelo por DM en Instagram 💌