Hay una frase peruana que me parece graciosa: «Perdidx como huevo en ceviche.» Jajajaja… Porque el ceviche no lleva huevo… dahh
Bueeeno, en este segundo ciclo, hubo varios días donde me sentí así: perdida como huevo en ceviche.
Pero perderse no es tan malo como suena. De hecho, es el punto de partida para volver a encontrarte y afinar las prioridades. Algo que he hecho una y otra vez desde que empecé este experimento.
Ayer fue el día 20 de 100, el cierre del segundo ciclo. Recordemos que Contenido Vivo: 100 días de creación se mueve en ciclos de 10 días y su intención es fortalecer mi constancia mientras habito mi proceso creativo de manera intencional.
Y aunque a veces me siento como ese huevo en el ceviche, la verdad es que esta práctica me está dando raíces, por el simple pero potente hecho de que me hace más consciente y observadora.
Y aquí es donde te quiero compartir la idea de crear un cuerpo de trabajo… Un cuerpo del quéé??? jajajaj
No se trata de una sola pieza, sino del conjunto de lo que creamos a lo largo del tiempo. Es la práctica de seguir construyendo, incluso cuando no tenemos certezas inmediatas.
Para ilustrarlo, hablemos de Picasso.
Quizá lo reconozcas como uno de los artistas más grandes de la historia, pero su genio no fue inmediato.
Entre 1901 y 1904, vivió lo que hoy se conoce como su Periodo Azul, una etapa marcada por la tristeza y la pérdida tras el suicidio de su mejor amigo.
Durante esos años, su paleta se redujo a tonos fríos y su arte reflejaba la melancolía del momento.
Lo interesante es que en su época, estas obras no eran bien recibidas ni comerciales. Sin embargo, Picasso no estaba pintando para vender, sino para atravesar su propio proceso.
Hoy, su Periodo Azul es uno de los más valorados de su carrera.
Entonces pensé: clarooo crear un cuerpo de trabajo no es buscar aprobación inmediata, sino sostenernos en la creación, incluso cuando el camino es incierto.
Crear es un juego a largo plazo.
Es cierto, Picasso no se levantó un día diciendo: “Voy a hacer mi Periodo Azul”, «Voy a crear un cuerpo de trabajo».
No fue un plan estratégico ni una decisión consciente. Simplemente pintó desde donde estaba, desde lo que sentía, y su proceso natural lo llevó a desarrollar un lenguaje visual tan coherente que terminó siendo identificado como un periodo específico en su carrera.
Pero aquí dejo caer una pregunta:
Si él no sabía que estaba creando un cuerpo de trabajo, ¿Cómo podemos nosotros ser más intencionales sin obsesionarnos con el resultado?
Porque claro, hoy no pintamos en lienzo (o al menos no todos), pero creamos contenido, ideas, conversaciones, proyectos, servicios, productos… y muchas veces queremos que cada pieza sea un éxito inmediato, sin darle el tiempo de maduración que necesita.
Y la idea que quiero dejar flotando en el aire con esta entrada es esta: no se trata de una pieza aislada, sino del conjunto.
Estos días, por ejemplo, diseñé un carrusel que me tomó HORAS. Lo publiqué con toda la emoción y…
Dos likes.
Dos.
Me reí, pero también me dieron ganas de borrarlo.
Pero respiré y recordé que estoy desaprendiendo la idea de que cada pieza de contenido debe “funcionar” para que valga la pena.
Así no se construye un cuerpo de trabajo.
Entonces elegí no borrar nada de este proceso, porque cada pieza cuenta. Y siendo honesta, pienso que ese carrusel es bueno. Si quisiera, hasta podría ponerle pauta para amplificarlo.
Pero no lo haré. No por ahora.
Cuando haga publicidad, quiero que sea una campaña con intención y profundidad, no piezas sueltas al azar.
Volviendo al tema.
Lo que realmente importa no es un solo post, sino el conjunto de lo que estoy construyendo.
Y ahí está el reto.
Más cosas que pasaron en este segundo ciclo
Confirmé un proyecto de branding y diseño web en el que empezaré a trabajar la próxima semana, y eso me emociona muchísimo. Pero al mismo tiempo, significa un reajuste de mi tiempo y energía.
Peeero también sé que esta experiencia nutrirá el experimento desde otro ángulo.
Si algo ha resonado fuerte en todos los días que van de este experimento es que lo que creamos se sostiene en nuestros procesos imperfectos y reales.
Nuestras vidas, con todo lo que incluyen, están al servicio de nuestras creaciones. Son nuestros procesos los que les dan vida; de lo contrario, podrían ser de cualquiera.
También hice mi segundo IG Live, aunque luego me di cuenta de que la hora que elegí no me está favoreciendo. Necesito hacerlos cuando todavía hay luz del sol y tengo más energía. Lo ví y sentí que mi energía estaba bajita, pero me gustó agarrar un pedacito de astrología para explicar marca personal, jajaja. Estamos experimentando.
Y sí, sigo sintiéndome un poco perdida como huevo en ceviche. Pero tal vez ahí está el punto.
Tal vez crear un cuerpo de trabajo es un poco eso: seguir apareciendo incluso cuando sentimos que no encajamos del todo, cuando no sabemos exactamente cómo se verá todo junto, cuando todavía estamos ensamblando las piezas.
Tal vez la clave no es saber que algo será valioso, sino seguir creando hasta que lo sea.
No lo sé, pero lo que sí sé es que, lo que creamos también nos está creando de vuelta, y eso hace que valga la pena y la gloria.
Así que aquí sigo. Haciendo mi «Periodo Fucsia», reenfocando prioridades, equivocándome con horarios de IG Lives, construyendo algo que aún no tiene forma del todo, pero que con cada pieza se vuelve más real.
Y tú, ¿Cómo sigues creando cuando la certeza no está de tu lado?
Si confiaras en que cada pieza tiene su lugar, ¿Qué estarías dispuestx a seguir creando hoy?
Si esta entrada te dejo pensando o te contribuyó de alguna manera, me encantará seguir la conversación. Escríbeme por DM en mi Instagram