Autor: admin

Día 77 | Obra de Arte: la fe que se construye

Son las 19:19 del domingo 27/04/25 y mañana lunes (el día en que leas esto, ojalá jeje)… es el Día 77 de 100 de Contenido Vivo: 100 días de creación.

Quizá parece que me olvidé de mi propio propósito creativo de 100 días, pero nada de eso.

Primero: Contenido Vivo no se trata de publicar todos los días.

Se trata de presentarte todos los días.

Y aquí estoy, presente.

Así que antes de irme a preparar un delicioso keke de banana al ciocolatto (así, en italiano 🤌🏻🇮🇹🍫) para cerrar el domingo y tener desayunito rico para mañana, te voy a contar un poquito de la Obra de Arte que ha estado sosteniendo mi fe (compromiso real con lo que creo) últimamente.

Estoy creando un producto digital, nada extravagante: una plantilla en Notion.

Si estás bostezando, te entiendooo… otra plantilla más en internet, WOOOW Liz, qué innovadora!!! 🙄 zzzz …jajajajajk

PEEEEERO… deja que te siga contando.

Crear contenido es prácticamente el trabajo diario de toda marca personal o de cualquier creador.

Y si alguna vez te lanzaste a esa aventura, sabes que a veces (muchas veces) puede sentirse como un deporte extremo: desgastante, confuso, absurdamente estresante.

¿Entonces qué quiero traer a la mesa?

Que cada publicación sume, encaje, y construya algo más grande que un post suelto.

Que no sea solo «¿qué publico hoy porque toca?», sino que exista un hilo invisible y vivo que te recuerde para qué estás creando.

Y acá llega la parte divertida.

Presta atención.

Es muuuy loco cómo todo toma forma a veces de las maneras más random.

✨ El diseño de la portada y el encaje de piezas que eso genero, es algo que NO VI VENIR!!!

Y en retrospectiva he identificado 3 movimientos que lo han hecho posible:

Primer movimiento (super random):

Una tarde-noche cualquiera (de esas donde ya has empezado a apagar el cerebro), me enganché en un IG Live sobre inteligencia artificial mientras me preparaba una ensalada con pollito para cenar.

La invitada hablaba de las novedades en Chat GPT… y mencionó a Sora, su «prima hermana», especializada en crear imágenes.

Me pareció muy interesante y me divertí un montón participando en ese IG Live… y luego seguí con mi vida.

Segundo movimiento (medio random):

Hace poco más de una semana, mientras afinaba lo que quería lograr con este proyecto (todavía ni se llamaba Obra de Arte), pensé:

«Quiero imaginar cómo sería la portada… solo imaginarla.»

Porque sé que la parte visual suele darme muchas pistas para mis creaciones, y esta vez no fue la excepción.

(Spoiler: la imaginación terminó en creación real.)

Entré de curiosa a Sora.

Cuando entras lo primero que ves son los trabajos de otros usuarios, auténticas joyas… y entre todo ese desfile de creatividad, una imagen me guiño el ojo y detuve el scroll…

Era como cuando vas por la calle distraída y de repente alguien grita tu nombre. Ese tipo de sacudida mental.

jugando con la inteligencia artificial

Piezas.

Eso fue lo primero que pensé.

Piezas que solas no significan nada.

Pero que juntas, componen una identidad.

Un rostro. Una historia. Una obra.

Como la construcción de una marca real: no es el logo, ni la paleta de colores.

Nuestra marca es la narrativa viva que se teje día a día entre piezas: historias, ideas, creaciones, conversaciones, silencios, conexiones invisibles…

No es una pieza suelta.

Es la suma. El encaje. Las capas de significado.

Y además, el hecho de que fuera el rostro de una persona lo hizo todavía más simbólico.

Porque una marca personal, en el fondo, es eso: un rostro humano sosteniendo una visión.

No una máscara.

No una pose.

Un mosaico genuino de quién eres, en constante expansión.

Y en ese momento supe que quería capturar esa esencia para Obra de Arte.

[Inserta aquí el viento de la rosa de Guadalupe]

Lo que nos trae al tercer movimiento (el más intencional):

Yo quería capturar eso.

Así que, ¿Qué hice después?

Pues lo obvio: robé el prompt que usó el creador original (sorry, not sorry), le llevé a ChatGPT para que me ayude a mejorarlo, para luego decirle a Sora exactamente lo que necesito. 

Y así empezamos el baile: «esto es lo que quiero transmitir», «ponle esto», «quítale aquello» y «usa los colores de mi marca»…

El soundtrack de esta aventura fue básicamente:

*Tap-tap-tap* del teclado.

«Mmmmm, no, así no»

Suspiro dramático.

Sorbo ruidoso al café ya frío.

*Clic-clic-clic* frenético.

Risas de «mejor me rio para no llorar» jajajaj

«¡AAAAAHHH, ya casi, casiiiii!»

«¡NOOOOO, el anterior estaba mejor!» 🤡

En finnn, me la pase raro jajajaj, pero me divertí, recomiendo totalmente 😅

Yyyyy TA-DAAAAA!

Esta imagen es la portada oficial de Obra de Arte.

Y además, a partir de ella, diseñé un background especial para el manifiesto interno de la plantilla.

Síííí, ya que nos pusimos creativos, nos pusimos con todo!!!

La verdad es que estoy pensando en cada detalle.

En cada raíz.

Es curioso que primero pensé en lanzar una versión BETA, para no quedarme perfeccionando eternamente.

Pero wow, lo que tenemos ahora me gusta muchísimo.

Así que será la versión OFICIAL!! 🎉

Estoy feliz con este trabajo.

Notion ha sido uno de mis espacios favoritos de productividad, orden mental y creación consciente desde hace varios años, así que me hace feliz poder entregar esta herramienta desde ese lugar.

Pronto estará disponible. 🤝🏻✨

Si quieres que te avise apenas salga, apúntate a continuación 👇🏻

Así que HOY, Día 77, cierro esta entrada con el corazón contento.

Porque la fe no se sostiene repitiéndote frases lindas en la cabeza.

Se sostiene cuando te presentas a crear y cuando menos lo esperas ves con tus propios ojos, cómo tus piezas empiezan a encajar.

Y eso, mi querida (o querido), no tiene precio.

Nos vemos mañana.

Con el keké de plátano al ciocolatto 🤌🏻 para el desayuno.

Un abrazo inmenso,

Liz.

Si esta entrada te dejó pensando o sacudió cosas por dentro, me encantará seguir la conversación. Cuéntamelo por DM en Instagram 💌 

¿Qué carajos le pasa a mi algoritmo? | Parte 1

Tres visualizaciones.

TRES.

No es que me muera por hacer feliz al algoritmo, pero…

¿Tres visualizaciones?

¿Será que Instagram me odia?

Jajaja… mejor me río para no estresarme.

Pienso: ya fue, mañana vuelvo al juego.

Pero no.

En verdad ya no puedo seguir ignorando lo evidente: Mi alcance no cuadra.

Hace un par de meses que no cuadra.

Te hago el cuento corto:

El otro día subí un set de stories que me encantó.

Eran tres fotos de mi ritual de la mañana, lo llamo «despertar».

Salgo a tomar unos minutos de sol para presentarme al nuevo día.

En esas stories compartí un pequeño resumen visual de ese momento, acompañado de una frase que me gusta recordarme: “Me presento a mí misma antes que al mundo”

Una historia sencilla, honesta y cuidada.

Cinco horas más tarde: 3 visualizaciones. 🤡

Mi mente, rápida:

¿Qué estoy haciendo mal?

Lo subí en horario LATAM, sabiendo que aprox 90% de mi comunidad está allá.

Cuidé el ritmo.

No era un contenido improvisado.

Y aun así: 3 visualizaciones.

Y entonces tuve que elegir:

Puedo seguir creando como si nada o puedo abrir una conversación incómoda pero importante.

Una conversación que probablemente toque a más de una persona que está intentando construir una marca con verdad y presencia.

Y así empezó esta conversación:

¿Qué carajos le pasa a mi algoritmo?

Una conversación con muchos ángulos y matices.

Honestamente, no creo que aquí podamos explorarlos todos.

Pero sí puedo comprometerme con algo: traer mi propia experiencia, mi investigación real y lo que estoy observando en el camino.

Así que allá vamos.

Peeero, para empezar, quiero dejar algo claro: nunca he sido una adicta del algoritmo, y tampoco voy a empezar a serlo.

Mi trabajo se enfoca en el branding de raíces.

Me importan las marcas.

Me importa la comunicación con alma.

Y justamente por eso, porque amamos lo que hacemos y queremos crear un impacto real en el mundo, también queremos habitar con conciencia los medios que expanden nuestro trabajo.

Queremos hacerlo con responsabilidad, no solo como creadoras, sino como cuidadoras de los mensajes que sostenemos. ❤️‍🔥🫱🏻‍🫲🏼

Entonces, por ahí vamos a empezar:

Entender cómo funcionan las plataformas es parte del amor a tu marca y negocio.

Veamos algo importante:

No siempre es que estás haciendo algo mal.

A veces simplemente estás fuera del radar.

Y si no entiendes cómo funciona el radar, no importa qué tan buena seas en lo que haces.

Porque hay algo que a veces olvidamos, y vale la pena traer de nuevo a la mesa:

Las redes sociales son un regalo, sí. Pero también son un negocio.

Las redes sociales son uno de los medios más poderosos de los últimos tiempos.

Nos permiten construir presencia, compartir nuestras ideas, expandir nuestros servicios y llegar a personas que, de otra forma, nunca nos encontrarían.

Esto es simplemente revolucionario.

Nunca fue tan accesible mostrar tu trabajo al mundo.

Nunca fue tan posible construir comunidad desde tu voz.

PERO: las redes también son plataformas comerciales.
Instagram no es tu amiga. Es una empresa.

Y si estás aquí con tu marca personal queriendo crear impacto real, necesitas entender cómo funciona la herramienta que estás usando.

No para obsesionarte.

Sino para habitarla con intención y responsabilidad.

No soy una experta en algoritmos.

Pero sí estoy comprometida con observar, experimentar y compartir lo que voy aprendiendo.

Y hay algo básico que quiero que sepamos:

Instagram no le muestra tu contenido a todas las personas que te siguen.

Así de simple. Y así de importante.

Los porcentajes cambian según el tipo de contenido, la interacción que genera y el comportamiento de tu audiencia. Pero, en promedio:

  • Stories: Instagram muestra tus historias a entre el 5% y el 10% de tus seguidores.

  • Posts (feed): Alcanzan entre el 5% y el 15% de tu audiencia (con variaciones enormes si tienes interacción temprana o si el post se guarda o comparte).

  • Reels: Pueden tener mayor alcance porque IG los impulsa, pero no siempre ese alcance es relevante (puedes tener más vistas y cero conexión real).

💡 Y esto sin hablar de los factores como zona horaria, frecuencia de publicación, silencios prolongados o baja interacción previa que afectan tu visibilidad.

Entonces, si traemos esta información a mi comunidad, donde somos poco más de 600 personas, Instagram debería estar mostrando mis stories a entre 30 y 60 personas, y mis posts a entre 30 y 90 personas.

¿Y cuántas personas vieron mis stories ese día?

Tres.

Cero que ver.

Y de nada sirve llorar, ni culpar al algoritmo, ni seguir como si nada.

Entonces, ¿Qué hice para darle un giro a este triste escenario? 🤡

Nada mágico. Ni técnico. Ni perfecto.

Solo volver a lo esencial.

A lo que sostengo en todo lo que creo:

Conectar con personas reales, desde un lugar real.

Hice dos cosas (por el momento).

Y con ello logré darle una sacudita a mi algoritmo.

marca personal algoritmo análisis

La primera: abrí la conversación.

Hablé del tema en voz alta.

No como queja, sino como reflexión compartida.

Me mostré en ese punto incómodo donde te preguntas: ¿qué carajos le pasa a mi algoritmo?

Fue incomodo pero estamos aquí para este tipo de conversaciones.

Porque sé que quizá no soy la única que lo siente.

Y abrir esa conversación me hizo sentir más coherente.

Más presente.

La segunda: volví a las raíces.

La comunidad.

Me tomé el tiempo de saludar, de responder stories con toda la presencia y curiosidad, y deje comentarios genuinos.

Sin esperar nada a cambio.

Solo por el gusto de volver a mirar de verdad.

También compartí el podcast de una insta-amiga porque me inspiró profundamente: por su valentía de grabarlo en video, y por hablar de las bienvenidas desde un ángulo activo, y no solo receptivo.

Lo compartí porque me movió.

No por conveniencia.

Y hay algo más que noté en ese proceso.

Algo importante.

Presta atención:

Como muchas usamos nuestras cuentas intencionalmente para nuestro trabajo, llegamos a Instagram con el chip de “aquí vengo a ejecutar”.

Y eso está bien.

Es sano distinguir entre el lugar de creadora y el de consumidora.

Pero a veces, sin darnos cuenta, eso nos desconecta.

Nos volvemos cuentas que solo publican, pero no conversan.

Que muestran, pero no miran.

Que entregan, pero no reciben.

Y no lo hacemos por ego, ni por frialdad.

Lo hacemos porque estamos trabajando.

Pero con el tiempo, ese pequeño desajuste se nota.

Se siente.

Y mi teoría es que el algoritmo también lo percibe.

No es que nos castigue.

Sino que lee las señales.

Y una cuenta que no interactúa empieza a perder relevancia en ese gran tejido invisible que son las redes sociales.

Volver a la comunidad fue mi forma de decirle a Instagram (y a mí misma):

Estoy aquí.

No solo para mostrar.

También para compartir.

También para mirar.

Y eso también es estrategia.

De la más poderosa.

Entonces, que tal si exploramos, ¿Qué es realmente comunidad?

A veces usamos esa palabra tan seguido, que se nos olvida lo que significa de verdad.

Y no, no es solo un grupo de personas que te siguen.

Ni tampoco un público que te aplaude.

Una comunidad es un espacio donde hay intercambio, presencia mutua y un sentido compartido.

Y si vamos a la raíz, la palabra comunidad viene del latín communitas:

  • com- = “en común”

  • munus = “obligación, don, servicio”

Es decir: una comunidad no es solo lo que compartimos,
es el don que cada una aporta para sostener lo que nos une.

No es algo que te pertenece.

Es algo que construyen entre todos los que lo habitan.

Y sí, eso también es estrategia.

Pero de la buena.

La que no solo busca visibilidad, sino sentido.

Si tú también estás necesitando volver a ese sentido, aquí te dejo algunos recordatorios que me ayudaron:

🔥 Una historia honesta puede hacer más por tu visibilidad que mil publicaciones forzadas.

🔥 Entender cómo funciona la plataforma es parte del respeto que le tienes a tu trabajo.

🔥 No es tu culpa, pero sí es tu responsabilidad.

🔥 El algoritmo no te odia, simplemente no puede leerte si tú no estás ahí de verdad.

🔥 Tu comunidad también necesita sentirse mirada, no solo informada.

Y por último una pregunta que me queda dando vueltas:

¿Cuál es el don que estás trayendo a tu comunidad?, Y, ¿Qué espacio estás dejando para recibir el de otros?

Tengo más movimientos en mente

Más preguntas y acciones para explorar, que ya iré desarrollando para venir a contarte.

Esta es la parte uno, no sé cuantas partes serán, pero lo que sí sé es que no se trata de encontrar “la respuesta correcta”, sino de movimiento intencional, honesto y responsable con nuestra marca y su comunicación.

Gracias por estar aquí.

Liz.

Si esta entrada te dejó pensando o sacudió cosas por dentro, me encantará seguir la conversación. Cuéntamelo por DM en Instagram 💌 

Día 40 | Una versión más honesta de mí

A veces tenemos tanta prisa por seguir, que nos saltamos la parte más importante del proceso: INTEGRAR.

No solo mirar lo que hicimos, sino lo que nos pasó mientras lo hacíamos.

Así que, en honor al Día 40 de 100 (que oficialmente se cumplió el sábado 22/03 pero vamos a fingir demencia jeje), quiero hacer justo eso.

Porque en este cuarto ciclo del experimento Contenido Vivo: 100 días de creación —del jueves 13 al sábado 22— destacaron varios eventos diferentes entre sí, pero con un mismo fondo: sostener la incomodidad y atravesarla con honestidad para recibir el regalo del otro lado.

Momentos sutiles, de esos que suceden adentro.

Donde algo en mí se contrae, se resiste… y aun así decido quedarme.

No escapar. No fingir. Solo estar.

Y en esa práctica silenciosa, aparece algo que no siempre veo, pero que siempre está disponible:

Una versión más honesta de mí.

 

El podcast que tuve que grabar (y volver a grabar… y volveré a grabar)

En este ciclo grabé dos veces un mismo episodio del podcast.

De un tema potentísimo, y lo tengo bien estructurado, con puntos claros… y creo que justo eso ha sido el enredo.

Cada punto me parece tan valioso que no quiero olvidar ninguno, así que en ambas grabaciones estoy siguiendo mi guión muy de cerca, quizá demasiado de cerca… y creo que ahí está LA SITUACIÓN.

¿El resultado? Episodios con buen contenido, sí, pero con menos aire y menos yo.

Lo curioso es que en estos días el tema del episodio se ha presentado en mi vida de diferentes formas, como si la vida dijera: ¿te parece que profundicemos en esto otra vez?

Jaja… ¡ACEPTO!

Así que la tercera va a ser la vencida (crucemos los dedos jeje).

Menos “profesora con PowerPoint” y más confianza y presencia.

Microfono encendido, ideas burbujeando y más que un monólogo, una conversación.

Supongo que en eso estuve entrenando todo este ciclo: en decir lo que necesito decir, con la voz que tengo hoy.

A veces frente a un micrófono.

A veces… frente a un correo.

 

El correo, el fastidio y la claridad

A mitad de semana recibí un correo del proyecto de tirocinio (las prácticas obligatorias de la maestría) donde me pedían más de lo que habíamos acordado.

Mi primera reacción fue fastidiarme un poco.
Y me permití sentirlo. No barrerlo, no justificarlo.
Fastidio legítimo, presente, con todo y ceja levantada.

Eso, lejos de nublarme, me ayudó a ver con más claridad qué era exactamente lo que me incomodaba.

Y desde ahí, con los dos puntos bien enfocados que a mí me interesaba aclarar, escribí mi respuesta.

Sin adornos.
Sin defensas.
Sin sobreexplicar.

Lo cuál me permitió llegar a la reunión de la semana con extra confianza y seguridad en mi trabajo.

Y la reunión fue muy bien, conversación fácil y acuerdos genuinos.

Nada espectacular, pero sí muy poderoso.

Porque en medio de un correo cualquiera, me dije a mí misma con claridad: esto es lo que puedo sostener, esto es lo que no.

Y eso también construye una marca personal.

No solo los grandes discursos, sino la honestidad silenciosa de nuestras decisiones diarias.

Con esa práctica constante de ser clara contigo y con los demás.

Lo cual nos lleva al…


Pum. Pum. Pum.

Mi sistema nervioso entra en alerta máxima.

No estoy en un escenario. No hay mil personas mirándome.
Solo estoy en una aula universitaria. En mis clases de la maestría.
Pero mi cuerpo no entiende la diferencia.

Escucho las participaciones de mis compañeros.

Primero, una chica sugiere extender la estrategia de comunicación hacia TikTok.

Luego, un chico propone hacer una mini-serie en video.

Las ideas fluyen. El ponente las recibe con interés.

Yo también tengo algo que aportar.

Pero mi cuerpo no colabora.

¿Alguien más se da cuenta? ¿Se me ha puesto roja la cara? Tal vez.
Pero en realidad, nadie sabe lo que está pasando dentro de mí.

Estoy ahí, atrapada entre la decisión de hablar y la reacción de mi propio cuerpo.

Y entonces, hago algo diferente.

No peleo con la sensación.
No me regaño por sentirme así.
No me digo “qué ridícula eres”.

Solo me quedo ahí. Atravieso.

No voy a desaparecer.
No voy a huir.
Voy a estar presente en lo que es.

Pum. Pum. Pum.

Y entonces, la oportunidad se cierra.
El ponente da por terminada la ronda de preguntas.

Y todo vuelve a la calma.

Pero no me quedo con las ganas.

Respiro.

Y aunque no levanté la mano en público, no me guardo lo que quiero decir.

Antes de salir del aula, me acerco al ponente.

Le digo que me gustó su presentación.
Que no alcancé a participar, pero sí quiero compartirle una idea.

Le hablo de las newsletters.
De cómo están subvaloradas.
De cómo pueden construir comunidad sin depender del algoritmo.

Y me escucha.
Y asiente.
Y me dice que le parece interesante.

Y yo me voy de ahí más valiente que antes.

No hablé en público, pero hablé.
No levanté la mano, pero me acerqué.
No huí de la sensación. La atravesé.


¿Qué tienen en común estos tres momentos aparentemente distintos?

Que en todos me sentí incómoda, me sentí expuesta… y aun así elegí estar presente.

No perfecta. No lista. Pero sí honesta.

Y con eso me basta para cerrar este ciclo.

Lo que quiero es honrar esos lugares donde elegí quedarme, atravesar lo incómodo con honestidad.

Porque ahí está la práctica más real de este experimento.

Nos seguimos leyendo…

Gracias por ser parte de esta conversación infinita.

Liz

Si esta entrada te dejó pensando o sacudió cosas por dentro, me encantará seguir la conversación. Cuéntamelo por DM en Instagram 💌 

Vivir Creando: una hereje en construcción

No era una cola interminable, pero sí una de esas que avanzan con la velocidad de un caracol deprimido. Dos horas ahí parada, muriéndome de frío.

Hacen 7 grados, viento de lluvia, nubes grises, batería del teléfono en menos del 10% y las manos demasiado frías como para sacarlas de los bolsillos.

Por unos minutos estuve a punto de irme, pero ya había viajado tanto que sabía que este trámite se terminaba hoy.

Me quedé. Me frustré un rato. Me quejé otro rato.

Y luego recordé… mi Kindle está en la mochila, no importa si mis manos están más cómodas en mis bolsillos, necesito darle un giro a este día.

Abro la Kindle y elijo Tribus de Seth Godin.

Deje esta lectura congelada porque otro libro secuestro mi atención (me pasa siempre), y hoy que elijo retomar, el tema es: La fe, la religión y los herejes.

De entrada suena prometedor.

Y ahí, entre el frío, la espera y la paciencia que me estaba costando encontrar, cosass empezaron a hacer clic.

Presta atención que se vienen 3 AJA MOMENTS que te interesan si estás trabajando en tu liderazgo y en la construcción de tu marca personal.

AJA MOMENT #1:

¿Es mi fe la que titubea o son mis sistemas los que no la sostienen?

Primero, contexto. Esto es lo que dice Seth Godin:

  • La fe es acción. Es lo que haces, el compromiso real con lo que crees.
  • La religión son los sistemas, los rituales y estructuras que refuerzan esa fe.
  • Los herejes son los que desafían la religión, pero desde la fe.

Ahora, ¿Cómo traemos esto a la Marca Personal?

  • Tu fe es tu mensaje, tu visión, tu esencia. Es la convicción de que tu mensaje importa.
  • Tu religión son las estrategias, hábitos y sistemas que usas para sostener esa visión. Canales digitales, contenido, posicionamiento, suite de ofertas, estrategia de ventas, etc.
  • Los herejes en marca personal son los que rompen las reglas establecidas para construir su propia narrativa y orden de las cosas.

💡Por ejemplo: Si alguien crea contenido solo porque “así se hace” (religión), pero sin una verdadera convicción (fe), se sentirá vacío y mecánico.

Pero si alguien tiene una visión clara (fe) y usa las estrategias solo como un medio para sostenerla, desde ahí podrá romper las reglas y su liderazgo se sentirá genuino y potente.

🤯

Aterrizar esto me explotó la cabeza. Porque yo NO dudo de mi mensaje, pero a veces sí de mi capacidad para liderarlo.

Mi fe está ahí. Lo que a veces tambalea son las estructuras que deberían sostenerla. Mis hábitos, mis sistemas, mi constancia. Lo que hace que mi fe no solo exista, sino que sea real en el mundo.

Aquí me acordé de algo que nunca me gusto mucho: mi perfil 3/5 en Human Design, el famoso “Mártir Hereje.”

Nunca me gustó ese título. Pero ahora, uniéndolo al concepto de los herejes en Tribus, se abrió un huequito para nuevas ideas en mi cerebro:

💡 Los herejes son los que desafían la religión (las formas, los sistemas), pero lo hacen desde la fe, porque tienen tanta fe en lo que defienden.

💡 Los herejes son los líderes que rompen los sistemas para expandirlos. No solo creen en algo, sino que están dispuestos a hacer las cosas diferentes para darle vida REAL y genuina a eso en lo que creen, aunque nadie más lo entienda al principio.

💡 Pregunta para ti y para mí: ¿Qué parte de la «religión» de tu industria/sector/área de expertis no te resuena y podrías hacer diferente?

Y entonces lo vi un poco más claro: no es falta de capacidad, es fricción. Fricción entre mi fe y los sistemas en los que he intentado encajarla. Entre lo que creo y defiendo, y las formas en las que he tratado de darle vida REAL y genuina.

Lo que nos lleva al AJA MOMENT #2.

AJA MOMENT #2:

Mis estructuras necesitan ser tan reales y genuinas como mi mensaje.

Si mi fe es real, mis sistemas también tienen que serlo.

Pero hay una fricción que he sentido una y otra vez: quiero hacer las cosas a mi manera, pero no siempre confío en mi manera. 🤡

No es que quiera encajar en los sistemas de otros. Es que me cuesta sostener los míos sin dudar de ellos.

Me encanta ver a otros ser únicos, construir desde su esencia, pero cuando se trata de mí, mi mente me juega en contra.

Dudo de mis capacidades.
La ansiedad me paraliza.
Ir a la acción altera mi sistema nervioso.

Y aquí vuelve mi perfil 3/5 de Human Design, el «Mártir Hereje» (que feo nombre jeje).

Porque ser hereje suena cool en teoría, pero en la práctica también significa estar de pie sola mientras todos caminan en la dirección opuesta.

Significa que cuando enciendo mi luz, no puedo esconderme.

Significa abandonar el camino con señales por uno que tendré que marcar yo misma.

Y aquí está la verdadera lucha:

La parte de mí que quiere desafiarlo todo, que tiene visiones a las 2am que no me dejan dormir, y la parte que solo quiere la paz de pasar desapercibida, de no tener que explicarse a nadie.

Hay un claro conflicto entre la mujer que se ve a sí misma en el escenario y la que aún busca dónde sentarse en la audiencia.

Entonces, la pregunta no es solo:

¿Cómo creo estructuras que funcionen para mí?

Sino también:

¿Cómo las hago tan naturales que mi sistema nervioso no se sienta amenazado cada vez que las pongo en práctica?

Más que un plan, un ritmo.

Un ritmo que honre mis mareas internas, que fluya con mis momentos de claridad y respete mis días de niebla.

Un ritmo que, como una oración repetida cada mañana, sostenga mi fe incluso cuando mi mente me susurra que no soy suficiente. ❤️‍🩹 

AJA MOMENT #3:

La mañana claramente NO fue desperdiciada

Primera cosa: Me permití sentir frustración, es muy cansado pretender que somos optimistas en situaciones que claramente nos incomodan. Entonces GRRRR 👹 !!! jajajaj

Segunda cosa: Esta permisión me relaja y desde ahí me observo con más curiosidad y amplitud, me puedo reír de mí misma y nacen los AJA MOMENTS más inesperados y reales.

A las 10 de la mañana, pensé que estaba perdiendo el tiempo.

A las 2 de la tarde, me di cuenta de que estaba profundizando en algo esencial.

Quizás la verdadera herejía no es solo desafiar los sistemas externos, sino sobre todo los que hemos construido dentro de nosotros.

Esas expectativas de productividad constante, de afán de control, de fluir sin tropiezos.

La cola lenta como caracol deprimido me mostró que no necesito controlar el ritmo del mundo para honrar mi propio ritmo.

Que la estructura más auténtica es la que surge cuando dejamos de forzar, cuando permitimos que la incomodidad nos muestre otro camino.

Una estructura que se dobla sin romperse.

Un sistema hecho NO para la marca que quiero proyectar, sino para la persona que soy cuando nadie está mirando.

Esta es mi herejía: Vivir Creando. Incluso temblando de frío en una cola.

Es reconocer que la creación no siempre es explosiva, a veces es paciente, a veces es incómoda, y siempre es profundamente humana.

Un abrazo gigantee 🫂,

Liz.

 

Si esta entrada te dejó pensando o sacudió cosas por dentro, me encantará seguir la conversación. Cuéntamelo por DM en Instagram 💌 

Día 30 | Atravesar para construir tu marca personal

Hay algo que me empecé a decir cuando entraba en crisis de ansiedad.

Me recordaba que «no estoy bien». No desde un lugar de bajón y victimismo 😫🤬😶🌫🤧

Sino desde un lugar de responsabilidad, bien instalada en el presente y dispuesta a recibir lo que necesito.

Me lo decía llevándome una mano al corazón y la otra al abdomen: 

«No estás bien y eso está bien», «Necesitas estar atenta de ti misma porque NO estás bien», «Ve despacio, aunque te sientas bien», «No te confíes porque luego las expectativas se van de nuevo hasta las nubes y la caída es dura»

En muchas ocasiones me había sucedido que pensaba (o me forzaba a pensar) que ya estaba bien y clara, y luego esa expectativa terminaba siendo dolorosa, como un volver a empezar desde cero.

Esta exigencia de «ya debería estar bien» se convertía en una trampa que me alejaba de atravesar mi propio proceso.

Me dí contra el piso muuuchas veces antes de ganar esta sabiduría para dejar de negar lo que sucedía y sostenerme sin querer salir corriendo de la incomodidad.

Si has tenido crisis de ansiedad o periodos de angustia por el futuro, incertidumbre o abrumación por muchas cosas sucediendo, y parece que el caos te va a tragar enterita quizá puedes entender a que me refiero.


Pero esto no solo sucede en los momentos de crisis emocionales.

También sucede cuando estás construyendo algo que realmente te importa.

❤️‍🩹 Cuando empiezas tu marca personal y te das cuenta de que detrás hay mucho mááás de lo que imaginabas.

❤️‍🩹 Cuando decides lanzar un podcast y de repente te das cuenta de que tu voz suena rarísima (y te cuestionas si siempre ha sido así).

❤️‍🩹 Cuando intentas diseñar tu página web y te das cuenta de que todo eso de “fácil, intuitivo y sin código” es una gran mentira.

❤️‍🩹 Cuando te sientas a crear contenido y de repente el cursor parpadea como si te juzgara por no saber qué escribir. 🤡

Es ahí cuando la incomodidad empieza a susurrarte: ¿Y si dejamos esto para después? ¿Y si mejor nos ponemos a organizar los marcadores de Google Chrome?

Jajaja las ganas de escapar de la incomodidad se pueden mostrar de muchas formas.

El miedo al juicio, al fracaso o a no hacerlo perfecto te grita que es mejor postergar, cambiar de idea o evitarlo por completo.

Pero justo ahí, en esa incomodidad, es donde está el crecimiento real.

Cada vez que he intentado huir de lo que siento, la incomodidad crece gigante. Pero cuando me detengo, cuando me permito rendirme a lo que es y trabajar desde aquí, ese enemigo se transforma en una puerta. Y mi tarea es atravesarla.

 

¿Qué necesito para rendirme a lo que ES y trabajar desde AQUÍ?

Mira, rendirse no es lo que suena. No es tirar la toalla, ni rendición tipo “ya fue, me voy a ver TikTok tres horas seguidas”. 

Es dejar de pelear con lo que es, dejar de hacer fuerza en contra y empezar a trabajar desde aquí, desde lo que tengo hoy, así sea un revoltijo de dudas, miedos y ganas de salir corriendo.

Respiras profundo, sostienes tu cuerpo como mejor puedas y le abres la puerta a la incomodidad: «ok, te veo, quédate si quieres, pero yo sigo trabajando», todo cambia.

Yo literalmente me digo (y a veces lo escribo):

«…puedo no estar con la mejor energía y claridad y aún así avanzar. Lento, atenta y observando. Soy una mujer adulta capaz de sostenerse y acompañarse a cumplir sus responsabilidades, soy capaz de presentarme…»

 

Rendirse significa aceptar que el primer episodio de tu podcast no va a sonar como un documental de Netflix, que tu web no va a ser una obra maestra en dos tardes, o que el primer post que subas no se va a volver viral.

Y esta bien, perfecto, genial.

Si rendirse significa hacerle espacio al miedo, al juicio y al “no sé qué estoy haciendo” sin que eso te frene, pues daleee, hagámosle espacio en la mesa.

Y si rendirse significa que vas a darte el permiso de aprender sobre la marcha, equivocarte sin hacer un drama y soltar la necesidad de que todo sea perfecto… entonces nos rendimos con estilo.

Con café en mano, con paciencia y con la certeza de que la incomodidad no es un enemigo, sino una puerta. Y que del otro lado, una nueva versión de ti está orgullosa y feliz de encontrarte.

Con esta entrada cerramos el tercer ciclo del experimento Contenido Vivo: 100 días de creación.

Este experimento se mueve en ciclos de 10 días y el ciclo 3 de 10 se cumplió el 12/03/25.

Ha sido un periodo de atravesar y quedarme a observar todo lo que me está incomodando de mi propio proceso.

Ha sido un espejo de mis propias mañas para escapar, de esas pequeñas trampas que inconscientemente pongo en el camino para evitar mirar lo que necesito mirar.

Pero cuando soy curiosa, regreso. Y cuando regreso, atravieso. Y cuando atravieso, recibo. Y eso, eso es lo que realmente me hace avanzar.

 

Sigamos creando (y dejándonos crear),

Liz.

Día 20 | Crear un cuerpo de trabajo: el juego a largo plazo

Hay una frase peruana que me parece graciosa: «Perdidx como huevo en ceviche.» Jajajaja… Porque el ceviche no lleva huevo… dahh 😁

Bueeeno, en este segundo ciclo, hubo varios días donde me sentí así: perdida como huevo en ceviche.

Pero perderse no es tan malo como suena. De hecho, es el punto de partida para volver a encontrarte y afinar las prioridades. Algo que he hecho una y otra vez desde que empecé este experimento.

Ayer fue el día 20 de 100, el cierre del segundo ciclo. Recordemos que Contenido Vivo: 100 días de creación se mueve en ciclos de 10 días y su intención es fortalecer mi constancia mientras habito mi proceso creativo de manera intencional.

Y aunque a veces me siento como ese huevo en el ceviche, la verdad es que esta práctica me está dando raíces, por el simple pero potente hecho de que me hace más consciente y observadora.

Y aquí es donde te quiero compartir la idea de crear un cuerpo de trabajo Un cuerpo del quéé??? jajajaj

No se trata de una sola pieza, sino del conjunto de lo que creamos a lo largo del tiempo. Es la práctica de seguir construyendo, incluso cuando no tenemos certezas inmediatas.


Para ilustrarlo, hablemos de Picasso.

Quizá lo reconozcas como uno de los artistas más grandes de la historia, pero su genio no fue inmediato.

Entre 1901 y 1904, vivió lo que hoy se conoce como su Periodo Azul, una etapa marcada por la tristeza y la pérdida tras el suicidio de su mejor amigo. 

Durante esos años, su paleta se redujo a tonos fríos y su arte reflejaba la melancolía del momento.

Lo interesante es que en su época, estas obras no eran bien recibidas ni comerciales. Sin embargo, Picasso no estaba pintando para vender, sino para atravesar su propio proceso.

Hoy, su Periodo Azul es uno de los más valorados de su carrera.

Entonces pensé: clarooo crear un cuerpo de trabajo no es buscar aprobación inmediata, sino sostenernos en la creación, incluso cuando el camino es incierto.

 

Crear es un juego a largo plazo.

Es cierto, Picasso no se levantó un día diciendo: “Voy a hacer mi Periodo Azul”, «Voy a crear un cuerpo de trabajo».

No fue un plan estratégico ni una decisión consciente. Simplemente pintó desde donde estaba, desde lo que sentía, y su proceso natural lo llevó a desarrollar un lenguaje visual tan coherente que terminó siendo identificado como un periodo específico en su carrera.

💡 Pero aquí dejo caer una pregunta:
Si él no sabía que estaba creando un cuerpo de trabajo, ¿Cómo podemos nosotros ser más intencionales sin obsesionarnos con el resultado?

Porque claro, hoy no pintamos en lienzo (o al menos no todos), pero creamos contenido, ideas, conversaciones, proyectos, servicios, productos… y muchas veces queremos que cada pieza sea un éxito inmediato, sin darle el tiempo de maduración que necesita.

Y la idea que quiero dejar flotando en el aire con esta entrada es esta: no se trata de una pieza aislada, sino del conjunto.

Estos días, por ejemplo, diseñé un carrusel que me tomó HORAS. Lo publiqué con toda la emoción y…

Dos likes.

Dos.

Me reí, pero también me dieron ganas de borrarlo. 🤡

Pero respiré y recordé que estoy desaprendiendo la idea de que cada pieza de contenido debe “funcionar” para que valga la pena.

Así no se construye un cuerpo de trabajo.

Entonces elegí no borrar nada de este proceso, porque cada pieza cuenta. Y siendo honesta, pienso que ese carrusel es bueno. Si quisiera, hasta podría ponerle pauta para amplificarlo.

Pero no lo haré. No por ahora.

Cuando haga publicidad, quiero que sea una campaña con intención y profundidad, no piezas sueltas al azar.

Volviendo al tema.

Lo que realmente importa no es un solo post, sino el conjunto de lo que estoy construyendo.

Y ahí está el reto.

 

Más cosas que pasaron en este segundo ciclo

Confirmé un proyecto de branding y diseño web en el que empezaré a trabajar la próxima semana, y eso me emociona muchísimo. Pero al mismo tiempo, significa un reajuste de mi tiempo y energía.

Peeero también sé que esta experiencia nutrirá el experimento desde otro ángulo.

Si algo ha resonado fuerte en todos los días que van de este experimento es que lo que creamos se sostiene en nuestros procesos imperfectos y reales.

Nuestras vidas, con todo lo que incluyen, están al servicio de nuestras creaciones. Son nuestros procesos los que les dan vida; de lo contrario, podrían ser de cualquiera.

También hice mi segundo IG Live, aunque luego me di cuenta de que la hora que elegí no me está favoreciendo.

Necesito hacerlos cuando todavía hay luz del sol y tengo más energía. Lo ví y sentí que mi energía estaba bajita, pero me gustó agarrar un pedacito de astrología para explicar marca personal, jajaja.

Estamos experimentando.

Y sí, sigo sintiéndome un poco perdida como huevo en ceviche. Pero tal vez ahí está el punto.

Tal vez crear un cuerpo de trabajo es un poco eso:

Seguir apareciendo incluso cuando sentimos que no encajamos del todo, cuando no sabemos exactamente cómo se verá todo junto, cuando todavía estamos ensamblando las piezas.

Tal vez la clave no es saber que algo será valioso, sino seguir creando hasta que lo sea.

No lo sé, pero lo que sí sé es que, lo que creamos también nos está creando de vuelta, y eso hace que valga la pena y la gloria.

Así que aquí sigo. Haciendo mi «Periodo Fucsia», reenfocando prioridades, equivocándome con horarios de IG Lives, construyendo algo que aún no tiene forma del todo, pero que con cada pieza se vuelve más real.


Y tú, ¿Cómo sigues creando cuando la certeza no está de tu lado?

Si confiaras en que cada pieza tiene su lugar, ¿Qué estarías dispuestx a seguir creando hoy?

 

Si esta entrada te dejo pensando o te contribuyó de alguna manera, me encantará seguir la conversación. Escríbeme por DM en mi Instagram 💌

Cuando la luz pasa a través del proceso

 A veces parece que un mes pasa sin grandes cambios, pero cuando nos detenemos a observar, nos damos cuenta de todo lo que hemos atravesado, ajustado y creado, incluso si desde afuera otros no lo pueden ver.

Esta es mi carta de despedida a febrero, un mes que afinó mi visión y limpió mi camino.

Quizá te inspire o quizá NO, no lo sé.

Peeeero lo que sí puedo decirte es que si lo intentas, te sorprenderá todo lo que ha sucedido en estos 28 días. Y eso te dará pistas para afinar tu propia visión y prioridades.

El único requisito importante: por favor, activa tu honestidad curiosa. No edites, no trates de hacer que algo se escuche mejor. Solo ríndete.

✨ Spoiler: Ahí, en ese punto donde se cruzan la honestidad y la valentía de al fin entregarte al proceso, sucede magia.

Querido Febrero,

Gracias por ser un mes de claridad inesperada, de movimientos profundos y de ajustes necesarios.

Llegaste con preguntas y te despediste con respuestas, algunas más nítidas y otras aún en formación, pero todas con una certeza: me has ayudado a ver mis prioridades con más verdad y propósito.

Desde el inicio, me recordaste la importancia de observar, sentir y permitir. El lema fue «flojita y cooperando» 😁

Con esa energía nació Contenido Vivo, como un espacio de juego y experimentación, para sostener mi constancia (porque si algo me ha costado en este camino, es la constancia jeje).

Quería que fuera el pulso creativo de mi marca, un compromiso conmigo misma para seguir creando sin detenerme a pensar demasiado.

Pero tú, febrero, tenías otros planes.

Me llevaste una y otra vez a mis prioridades hasta que la respuesta fue imposible de ignorar: Contenido Vivo no es solo un experimento creativo, es un activo estratégico, el canal a través del cual Segunda Naturaleza cobra vida y llega a quienes realmente la necesitan.

O sea, Contenido Vivo y Segunda Naturaleza no son dos cosas separadas, sino un dúo dinámico. Porque para que una marca crezca, necesita raíces fuertes, un ecosistema vivo y una voz que la habite con intención. Y Contenido Vivo es justamente esa práctica diaria para sostener esa voz.

Así que sí, febrero, también viste nacer Segunda Naturaleza, el siguiente capítulo de un servicio que amo y que quiero sostener con más solidez. Pero lo más importante que me enseñaste es que no se trata solo de lo que ofrezco, sino de cómo lo sostengo en el tiempo, cómo lo comunico y cómo lo hago real para otros.

Gracias por las preguntas, por los plot twists y por devolverme una y otra vez al centro. Ahora todo se siente más limpio: la conversación está viva, el juego sigue en marcha y la estrategia está en movimiento. Flojita y cooperando, pero con dirección. 🚀

Fuiste también el mes en el que el concepto de mi marca se reveló con más claridad: Vive en Creación. No se trata de crear por crear, sino de habitar la creación como una forma de estar en el mundo, como un compromiso con lo que queremos manifestar.

Ahhh y NO solo me diste ideas, sino estructuras. Hicimos la landing page de Contenido Vivo, nació el Diario Creativo, actualizamos la landing page de Segunda Naturaleza con todos los cambios y nuevo enfoque.

Y aunque por fuera quizá todavía no se entienda con la claridad que quiero transmitir, eso ya no me pesa, porque he elegido honrar esta etapa de re-enfoque y de atención a mis prioridades.

De hecho, este ha sido el mes de regresar, una y otra vez, a la misma pregunta desde diferentes ángulos: ¿Cuál es mi prioridad?… Y, por supuesto, me mostraste la misma respuesta desde estos diferentes ángulos.

Ademásss, me trajiste un regalo inesperado: un tirocinio (práctica curricular obligatoria) que se entrelaza con Cuore Digitale (un proyecto paralelo a mi marca personal), que me permitirá seguir trabajando desde casa y que llegó con tanta facilidad, como si ya me estuviera esperando. 

Lo sentí como una señal de que no estoy sola en esto, de que sí es posible tejer mis diferentes caminos sin sentir que tengo que dividirme en 400 pedazos.

Febrero, me despido de ti con gratitud. Me mostraste que los proyectos no solo nacen de nuestras ideas, sino de de como estás se tejen con el proceso personal. Me enseñaste que el camino se limpia cuando nos rendimos a lo que ya está pidiendo tomar forma.

En marzo, quiero seguir afinando esta visión, sosteniendo el valor de lo que creo y compartiéndolo con más confianza. Construir comunidad con más calma, más honestidad, más inevitabilidad.

Quiero acompañarme con mis límites infinitosss:
Las estructuras que me facilitan crear y aparecer en mi marca desde la consecuencia natural de mi energía en movimiento.

Gracias por todo lo que revelaste. Te dejo ir con gratitud. Y sigo!!! 🚀🍃✨

Con amor,

Liz.

Por si acaso, esta carta no nació mágicamente de mis dedos fluyendo con gracia y elegancia jajajaj, ya quisiera… 🤭

Antes de escribirla, hice una recapitulación honesta del mes notando todo y sintiendo todo. 

Para eso, usé mi journal (porque tengo la práctica de escribir todos los días) y mi herramienta de documentación semanal, que es cero complicada.

Te la explico rápidamente:

En una hoja A4 hago 7 columnas por cada día de la semana.

Luego cada día anoto mis actividades destacadas y no tan destacadas (después de hacerlas, NO antes), y al anotarlas también las pinto de un color que he elegido para identificar cada dimensión de mi vida.

Esto, además de ayudarme a ver en qué estoy avanzando, me salva de mi cerebro que a veces se vuelve mi peor enemigo y me ataca descaradamente con la idea de que “no hago nada”.

Porque sí, mi cerebro es un loquillo que tengo que tener bien vigilado jajaja, y cuando me quiere vender la idea de que «no hago nada», aquí estoy yo, con pruebas en colores de todo lo que sí hago.

Para mí es una herramienta que combina la productividad, con la salud mental y la dirección, porque me permite además ajustar el rumbo si veo que mi semana se está llenando de un solo color. 🌈🫰🏻 

Así que no, esta carta absolutamente salió en 30 minutos de escritura fluida jeje

Fue primero un proceso de observación bien honesta, valiente y sin edulcorantes ❤️

Y ahora te pregunto a ti:

✍🏻 ¿Qué te reveló febrero?
✍🏻 Si tuvieras que elegir solo una cosa que aprendiste este mes, ¿Cuál sería?
✍🏻 ¿Hubo un momento en el que la vida te llevó de vuelta a tus prioridades? ¿Qué hiciste con esa señal?
✍🏻 Si observas tus días con curiosidad, sin juicio, ¿Qué es lo que más ocupó tu tiempo y energía? ¿Es lo que quieres seguir sosteniendo?
✍🏻 ¿Qué te gustaría ajustar, soltar o sostener con más intención en marzo?

Y por últimoo: si escribieras una carta de gratitud a febrero, ¿Qué le dirías?

 

✨ Si te animas a escribir tu propio cierre, me encantará leerte y saber como esta entrada del Diario Creativo te contribuyó. Escríbeme por DM en mi Instagram para seguir la conversación. 💛

Día 10 | La realidad vs. el plan (y la magia en el medio)

¿Cuántas veces te ha pasado que, justo cuando todo se aclara, te dan más ganas de salir corriendo?

A mí, muchas.

Tienes una idea que te emociona. Te brillan los ojos mientras la imaginas. Sientes ese impulso de “ahora sí, esto es”…

Y de pronto, algo dentro se frena. Como si esa claridad pesara demasiado. Como si tu sistema nervioso dijera: ¡Alerta! demasiado real, demasiado grande, demasiado tú.

Hace 10 días comencé este experimento con la intención de construir mi presencia digital de forma más viva y genuina.

Lo estructuré, lo planeé, lo pensé con detalle.

Pero en la práctica, algo inesperado sucedió: me costó aparecer. 🤡

No porque no estuviera creando. No porque no tuviera claridad.

Sino porque, muchas veces, la resistencia no está en la creación, sino en presionar “publicar”.

La buena noticia es que los planes no están para cumplirse al pie de la letra. Están para guiarnos.

Y en este espacio, quiero aprender en público. Sin esperar a que todo esté perfecto.

Así que aquí estamos. Revisando lo que pasó en estos primeros 10 días.

Ajustando. Recordando que la consistencia no se trata de disciplina ciega, sino de diseñar formas en las que aparecer sea inevitable.

 

El plan vs. la realidad

Antes de empezar, tenía un mapa claro. Cada canal, cada pieza de contenido, cada frecuencia.

Composición Estratégica de Canales

La imagen que ves arriba son las cuotas de contenido que definí para cada canal antes de empezar el experimento.

Estos canales y la cantidad de piezas NO fueron elegidos al azar, son parte de mi ecosistema de marca y algo que también compartiré con quienes se unan a este espacio cuando abra sus puertas.

Si me hubieras preguntado qué esperaba lograr en estos primeros 10 días, te habría dicho:

📌 Publicar todas las piezas según lo planeado.
📌 Terminar la landing de Segunda Naturaleza.
📌 Preparar el onboarding de la expedición creativa de Contenido Vivo.
📌 Hacer la sesión de fotos y videos para el lanzamiento.

 

Y luego en la vida real…

Si miro mi lista, hay cosas sin tachar. Lo que imaginé y lo que sucedió no coinciden.

Pero aquí está el giro: lo que pasó sin planearlo, terminó siendo igual de valioso (o más).

💡 El primer día del experimento terminó en una sesión de fotos improvisada. No la planeé, pero me recordó que la creatividad muchas veces no necesita preparación, solo espacio para jugar con lo que tenemos disponible.

💡 La actualización de Segunda Naturaleza POR FIN quedó lista. OMG, terminar esa página me sumó años de vida jaja.

💡 Los materiales de onboarding para Contenido Vivo siguen en proceso, pero la sesión de fotos ya tiene una primera versión espontánea. Ahora quiero hacer otra con las pipetas de laboratorio que pedí por Amazon.  🧪✨

💡 Un reel que llevaba semanas en mi cabeza por fin vio la luz. Y mientras escribía el guion para la voz en off, nació una idea poderosa: Lo que creas también te está creando a ti.

💡 Las grabaciones para reels me drenaron más de lo esperado. Me di cuenta de que estructurar demasiado lo que quiero decir me resta energía. Reírme un rato de mí misma me ayuda a calmar mi sistema nervioso.


Lo más valioso no fue el checklist.

Fue como me presenté

🤚🏻 Necesito ser intencional con cómo inicio mis días. Mi ritual matutino sintoniza la claridad con la que quiero crear.
🤚🏻 Cumplirme a mí misma me recarga como nada más.
🤚🏻 Sostener mi energía requiere límites, pausas y comida rica (y con calma).
🤚🏻 Amo los bloques creativos largos, pero también necesito respirar entre ellos.
🤚🏻 Si intento controlar demasiado cómo se ve algo, pierdo conexión con lo que quiero decir. El antídoto: seguir creando para acumular evidencia de que puedo confiar en mí.

 

Para los próximos 10 días…

La mejor parte de un experimento no es el resultado. Es la nueva pregunta que te deja.

✅ ¿Cómo puedo acompañarme más en el proceso?
✅ ¿Y si en lugar de enfocarme en lo que “tengo que hacer”, me enfoco en lo que quiero experimentar?
✅ Si la consistencia no es disciplina ciega… ¿Cómo puedo diseñar un sistema donde aparecer y compartir sea inevitable?

Este diario ni siquiera estaba en el plan original… y sin embargo, aquí estamos.

Confiando en el deseo de crear. Jugando y experimentando.

Y por ahora, suficiente teoría.

A seguir experimentando 🎨🖌🥼🧪✨

Liz.